Hacer cómics en México no es cosa fácil, sin embargo, a lo largo de más de 20 años de carrera he descubierto que para mi, el formato ideal para narrar y dibujar mis historietas es el de la novela gráfica. Yo siempre quise dedicarme a dibujar cómics, ya que el dibujo es una de las actividades que más disfruto hacer en la vida y en algún momento tomé la decisión de que no solo dibujaría cómics, sino MIS propios cómics, mis propias historias. ¿Por qué elegí el formato de novela gráfica para hacer cómics en México?
A finales de la década de los 90 comencé a explorar un poco acerca de la industria del cómic en México, y me di cuenta de que el panorama era desolador, no había espacios importantes para la publicación de historietas originales y el único camino para desarrollarse profesionalmente haciendo cómics parecía ser solamente a través de la maquila, por un lado el mercado de las publicaciones llamadas Sexacionales o por el otro, maquilar cómics para las grandes empresas en Estados Unidos y maquilar no era ni de lejos una opción que yo quisiera para mí. La industria del cómic en México estaba sufriendo un colapso gradual y que con el tiempo terminaría por desplomarse a tal grado, que hasta el día de hoy no se ha podido levantar por completo. Había en esa época algunas publicaciones independientes, autores que a toda costa buscaban que su trabajo cobrara vida, más en un romántico acto de resistencia que de desarrollo profesional y una de las grandes consecuencias fue que nos encontramos con un montón de proyectos de cómic mexicano que no llegaron más lejos de su primer número, dejando las historias incompletas y frustrando a muchos lectores. Yo por mi parte, estudié Diseño de la Comunicación Gráfica en la UAM Azcapotzalco como “comodín” para poder alcanzar un desarrollo profesional y económico viables pero también para aprender y adquirir las herramientas necesarias para eventualmente dedicarme a hacer cómics.
Por otro lado, como lector mis hábitos se habían ido modificando poco a poco, a finales de los 90 tomé la decisión de ya no consumir cómics en formato floppy (hoy es más popular llamarlos “grapas”) ya que me era muy complicado seguir las series que me interesaban y peor aún, conseguir algún número con el que me hubiera atrasado. Encontraba mucho mejor leer recopilaciones que abarcaran historias completas o bien leer novela gráfica. Me fue complicado moldear un hábito forjado con los años y sobretodo dominar el impulso de comprar los cómics floppy en cuanto salían y esperarme hasta poder conseguirlos en TPB (así son conocidos los libros recopilatorios por sus siglas en inglés Trade Paper Back), económicamente requirió un esfuerzo mayor pero poco a poco fue más y más gratificante leer historietas completas y me terminó por definir sobretodo como LECTOR por encima de COLECCIONISTA, dejé de luchar por conseguir los números 1 de las series que leía, entendí que la recompensa de leer historias completas era mucho mas satisfactorio.
Poco tiempo después, en 2000, en una columna que tenía Warren Ellis en CBR publicó “The Old Bastard’s Manifiesto”, un llamado a la guerra a creadores, lectores y distribuidores en donde expuso sus ideas acerca del por qué el formato de la novela gráfica era el futuro de la industria (gringa) del cómic… y para mi fue un bombazo, ya que si bien dicho manifiesto contiene varios puntos rebatibles, hay muchos otros que se mantienen vigentes y con mucha fuerza incluso hoy casi 23 años después. Para mi, el más importante y significativo fue:
“…The graphic novel or album (or other more suitable nomenclature yet to be coined) is the optimised form of “comics.” The intermediate form is the serialisation towards collection, what used to be termed the “miniseries”… Comics are not “habitual entertainment” that need to remain static and require broadcasting regularly until death us do part. That’s the comic strip, and even those are sometimes allowed dignified endings. Comics, like their related media of novels and cinema, must be allowed to tell complete stories. If you can’t handle that, then you really need to be in another business. Those who support us will be rewarded by increased sales and given the gift of the Future. The people who attempt to stop us will be stamped on…”
Como lector, esas palabras tenían todo el sentido del mundo y me identificaba con ellas plenamente sobretodo ante mis nuevas hábitos de lectura, por otro lado, como autor en gestación, hacer una novela gráfica me parecía una meta muy complicada de alcanzar sobretodo cuando aún no me lanzaba al ruedo a hacer ni un cómic corto justificándome siempre con la clásica “es que no existen espacios suficientes para los autores de cómic en México”, así que al inicio de mi carrera y ante el desolador panorama que presentaba la moribunda industria del cómic en México, yo trataba de aprovechar cualquier pretexto para participar en cuanta colaboración y/o proyecto era invitado, principalmente haciendo historietas cortas. Algunas se publicaron como web cómics, otras se incluyeron en algunas antologías de narrativa gráfica mexicana, otras más fueron ejercicios o aparecieron publicadas dentro de algunas revistas comerciales. Pensaba que era imposible publicar historias de mayor aliento, así que todos esos pequeños espacios conquistados eran muy apreciados. Mucho del trabajo que hice en esos años lo recopilé en el año 2019 en mi antología de narrativa gráfica Ecos secuenciales: Forjador. Sin embargo, en esa época el gran problema al cual me enfrentaba era que estaba sujeto a que alguien más me invitara a colaborar en algún proyecto ya establecido. Los espacios eran pocos y casi siempre estaban ocupados. En el enorme desierto del cómic mexicano NADIE es indispensable.
En algún momento comprendí que solamente mediante un esfuerzo individual a través de la autopublicación haría que esas ideas en mi cabeza pudieran cobrar vida. Dicho esfuerzo tendría que darse en múltiples vertientes: En primer lugar algo que iba a necesitar era TIEMPO, mucho tiempo para poder invertirlo en todos los procesos necesarios, hasta juntar mis propios recursos económicos para lograr la realización. Afortunadamente mi carrera de Diseño Gráfico me dió mucho para poder crecer, desarrollarme y aprender sobretodo del medio editorial. Como el tiempo con el que contaba y los recursos eran limitados, la forma más “sencilla” de lograr publicar fue a través de distintos proyectos antológicos en proyectos colectivos. Durante la primer década de este siglo ya había sido parte de la fundación de dos colectivos; por un lado Colectivo Dosis que conformamos en 2003 y en 2006 Ediciones La Parranda ambos integrados por jóvenes entusiastas del cómic, aprendiendo a hacer cosas sobre la marcha publicamos en físico la antología Paranormal Directo y en digital la antología Violenta. La idea no fue nada del otro mundo: cada autor tuvo que desarrollar una historieta de unas cuantas páginas bajo un mismo concepto y entre todos juntamos el dinero necesario para imprimir el proyecto, la venta y el tiraje se dividieron y en teoría, en nuestra cabeza todo iba a ser un gran éxito; pero definitivamente no lo fue.
El precio de venta al público de la primera antología (Paranormal Directo) era de solamente 20 pesos. Un precio que por su formato, tamaño y cantidad de páginas era adecuado pero que era inmanejable y con posibilidades casi nulas de comercializarlo ya que por ejemplo, enviarlo a Tijuana nos costaba alrededor de 80 pesos convirtiéndose en un cómic de $100 y aunque algunos lo pagaron en su momento, la realidad es que no era viable. El fuerte de nuestra venta tendría que ser presencial. La calidad de impresión fue muy baja. En aquel momento quisimos ahorrar todo lo posible y sacrificamos la calidad; una de las peores decisiones que tomamos en ese momento ya que tiramos por la basura los largos meses de trabajo y el empeño puesto en el arte original que no se veía reflejado en el producto final, por lo que 20 pesos era un precio alto.
Planteamos los pasos siguientes que tomaríamos como colectivo: la antología Violenta de Ediciones La Parranda sería un proyecto más grande, con más páginas y mejor calidad de papel e impresión, visitamos a varios impresores e incluso se puso sobre la mesa la idea de publicarla en China y en pasta dura y luego comenzaríamos un camino para que cada autor pudiera publicar su propia novela gráfica, sin embargo, Violenta nunca se publicó de manera física. Nos costaba mucho trabajo ponernos de acuerdo para dar los siguientes pasos, el retorno de la inversión de la antología anterior prácticamente no existía y no pudimos sacar el proyecto adelante, pero durante los largos meses en el que ese proyecto se estaba cocinando hubo varias ideas que se pusieron sobre la mesa y sobre las cuales trabajamos mucho, pero ya no fue posible mantenerlo vivo. Para 2007 tanto Colectivo Dosis como La Parranda Ediciones fracasaron y decidimos disolverlos no sin antes liberar el PDF del proyecto Violenta gratis en línea. Hoy puedo decir que aunque el conocimiento y experiencia adquiridos en ese momento fueron vitales para el camino que tomé para ser el autor de cómics que hoy soy, en ese momento me dejó un muy mal sabor de boca pero no había menguado en absoluto mis convicciones; cuando le pusimos su lápida a La Parranda Ediciones recuerdo haberles dicho a mis compañeros “Pues yo voy a hacer cómics, y lo voy a hacer CON ustedes o SIN ustedes” y seguí adelante aunque todavía me quedaba un largo camino incierto por recorrer.
Seguí por mi cuenta haciendo cómics cortos y varias colaboraciones. Tenía claro que lo que yo quería era no solo hacer cómics en México, sino hacer novela gráfica, en un país en donde la industria del cómic ya no existía, yo entendía que tendría que nadar a contra corriente y las palabras de Warren Ellis me taladraban la cabeza:
“…There’s no time for tears, or recriminations, or doubt. We don’t care whose fault this mess is; the first thing we learn in the trenches is that it doesn’t matter. All that matters is the fight.
Nobody quits; everybody fights.
Or you get left behind….”
Y yo estaba dispuesto a más que pelear, pero el camino sería largo. En 2011 fundé Nostromo Ediciones y publicamos la antología de cómics de ciencia ficción Nostromo Volumen 1, pero ahora el objetivo era muy claro: para hacer cómics en México íbamos a usar esos proyectos de antología como trampolín para eventualmente publicar proyectos individuales, en 2012 publicamos Nostromo Volumen 2, Ecos Secuenciales y A puerta cerrada, en 2013 Nostromo Volumen 3 hasta que en 2014 publiqué mi novela gráfica de ciencia ficción cyberpunk Hermanos y me fue increíble, se sumaron muchos lectores nuevos, y sobretodo mi obra adquirió mayor visibilidad que TODO mi trabajo anterior.
Ahora me gusta mucho la idea de poder concentrarme en un proyecto y llevarlo hasta el final para después hacer algo completamente diferente. Hoy en día Nostromo Ediciones sigue vigente formando parte medular de Pura Pinche Fortaleza Cómics. Me gusta mucho poder ofrecerle a mis lectores historias completas en un solo tomo y el día de hoy ya con 11 novelas gráficas publicadas y muchas más en el tintero, puedo decir que, para mi, la NOVELA GRÁFICA es el formato ideal para hacer cómics en México.
Yo soy Héctor Santarriaga y estos fueron #MisDosMinutos.#Mis2Minutos.
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